Se ha hecho de día y el sol, que se asoma tímido por encima de las montañas, calienta de nuevo la tierra. Los árboles que se alzan erguidos, como si miraran hacia arriba, como si quisieran darle los buenos días, como si desearan escaparse de sus raíces para fundirse con él en un abrazo, han sentido ese calor y se han empapado de energía. Y han comenzado a sudar por sus poros centenarios provocando una inmensa nube, que ha descargado miles de gotas de agua sobre la tierra. Y ha comenzado a emerger de la tierra mojada una sinfonía de aromas, que recordaban la primavera. Los prados olían a hierba mojada y bajo la hierba minúscula, miles de hormigas paseaban con briznas de hogar sobre sus insignificantes lomos, y se adentraban en la tierra húmeda, donde el rugir de su hormiguero profundo, convertía esa tierra en una enorme ciudad de vida, y millones de hormigas recibían el cálido abrazo de ese sol que, como cada día, había cubierto el monte con el manto solido de la Primavera.
Zaragoza 2024
Hace 1 día
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