¡Ha pasado tanto tiempo! podría decirse que toda una vida, y sin embargo todavía lo recuerdo como si acabara de pasar hace unos minutos. Te acercaste a mí y me sujetaste por la cintura para que no me cayera. Pero yo, que era terca y obstinada, me empeñé en permanecer subida a la barandilla de aquel puente de nuestro pueblo, aquel tan bonito, de barrotes de piedra, que desde aquel día atravesamos en infinitas ocasiones.
Finalmente accedí a tu ruego y cogiéndote de la mano bajé el pie al suelo y te di un beso en la mejilla. Te ruborizaste bajando un poco la cabeza, como queriendo esconderte bajo el cemento de aquel puente. A los pocos segundos me miraste a los ojos y me preguntaste __ ¿tienes los ojos grises?__, mostrando la sorpresa de alguien que descubre algo por primera vez, yo te respondí que sí y mirándome de frente me dijiste, que pensabas que las chicas no tenían ese color de ojos, como los gatos. Yo me reí y tú me seguiste.
Aquel día recorrimos el puente de Piedra varias veces, cogidos de la mano, no sé cuánto tiempo pasó, pero diría que fueron horas. ¡Nos sentíamos tan bien juntos! Así comenzó una gran amistad entre nosotros, que perduró durante años, hasta que la guerra nos separó definitivamente y con tu muerte terminó una etapa importante para ambos. Una etapa irrepetiblemente bonita. ¡Lástima de la guerra que te arrebató de mi lado para siempre! Hoy he vuelto a visitar aquel sitio y he sentido el impulso de subirme a la barandilla. Por un momento he creído sentir tu mano en mi cintura, como aquella vez. He cerrado los ojos y me he sentido transportada muchos años atrás; cuando los he abierto te he visto ante mí con cara de sorpresa preguntándome __ ¿ tienes los ojos grises?__Y, como aquella vez, hemos caminado por el puente….cogidos de la mano…
Finalmente accedí a tu ruego y cogiéndote de la mano bajé el pie al suelo y te di un beso en la mejilla. Te ruborizaste bajando un poco la cabeza, como queriendo esconderte bajo el cemento de aquel puente. A los pocos segundos me miraste a los ojos y me preguntaste __ ¿tienes los ojos grises?__, mostrando la sorpresa de alguien que descubre algo por primera vez, yo te respondí que sí y mirándome de frente me dijiste, que pensabas que las chicas no tenían ese color de ojos, como los gatos. Yo me reí y tú me seguiste.
Aquel día recorrimos el puente de Piedra varias veces, cogidos de la mano, no sé cuánto tiempo pasó, pero diría que fueron horas. ¡Nos sentíamos tan bien juntos! Así comenzó una gran amistad entre nosotros, que perduró durante años, hasta que la guerra nos separó definitivamente y con tu muerte terminó una etapa importante para ambos. Una etapa irrepetiblemente bonita. ¡Lástima de la guerra que te arrebató de mi lado para siempre! Hoy he vuelto a visitar aquel sitio y he sentido el impulso de subirme a la barandilla. Por un momento he creído sentir tu mano en mi cintura, como aquella vez. He cerrado los ojos y me he sentido transportada muchos años atrás; cuando los he abierto te he visto ante mí con cara de sorpresa preguntándome __ ¿ tienes los ojos grises?__Y, como aquella vez, hemos caminado por el puente….cogidos de la mano…
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