
¿Qué podemos decir que no se haya dicho ya?. Nos faltan las palabras para recriminar tal acción, porque sabemos que, a pesar de todo, seguirán matando, porque son unos asesinos desaprensivos y sin escrúpulos que no le tienen aprecio a la vida ( a la suya tampoco) fanáticos del terror y del crimen por el crimen, que merecen sufrir el sufrimiento de sus víctimas y familiares multiplicado por el infinito. Que no nos cuenten que luchan por una ideología, porque su comportamiento mas bien parece de tiempos de los Bárbaros. Son una banda anacrónica que no debería estar en este siglo: que regresen a su siglo de hace cientos de años, donde seguramente cuadrarán más sus acciones con la época y hasta es posible que encuentren a alguien que les dé su merecido. Porque nuestros políticos, con tanta negociación, se están dejando arrebatar la posibilidad de erradicar a estos criminales. Más les valdría, en lugar de negociar con los etarras, pedir el apoyo al pueblo vasco, que son, a mi modo de ver, quienes tienen la sartén por el mango y quizá, la única posibilidad de acabar con ellos.
(Volviendo de la concentración he pasado junto a las flores de la foto y me ha parecido buena idea ofrecérselas a la persona que ha muerto hoy en el atentado. ¡Van por Ti, Juan Manuel! )
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